viernes, 7 de diciembre de 2012

39 - LA GUERRA DE TROYA PARTE XII - Patroclo, ¡¿Para qué te metes?!


La batalla no tenía cuando terminar y todo iba en favor de los troyanos, fue entonces cuando Patroclo, el aprendiz y amigo entrañable de Aquiles le pidió que lo dejara pelear, había entrenado mucho para eso! Aquiles le dijo: Ya, anda!, y hasta le ofreció que usara su armadura, Ay! Pero para que lo hizo … cuando Patroclo apareció en el campo, todos creyeron que era él obviamente y se alejaron, el único valiente que salió a enfrentarlo fue Héctor y acabó con el rápidamente. Todo se hizo silencio.

Pronto se darían cuenta que el cadáver no era de Aquiles sino de Patroclo, y cuando Aquiles se enteró, Ay! para que te cuento ... peor que una madre a la que le mataron su único hijo, jamás vieron mis ojos un hombre tan encolerizado y furioso como estaba Aquiles, salían chispas y humo por ojos, nariz y orejas; éste fue rápidamente a la carpa de Agamenón a decirle que inmediatamente regresaba a pelear. Estaba desesperado por acabar con Héctor!

Aquiles partió como un rayo a Troya, en donde ya se encontraba Héctor despidiéndose para siempre de su esposa e hijo, el sabía que Aquiles era invencible y que su muerte estaba próxima, no podía hacer nada al respecto, pero como el mismo dijo: “Las responsabilidades de la guerra incumben a todos los hombres de Troya y más a mí” … así que salió para enfrentarlo con valentía y estoicismo pero una vez que estuvo frente a él Uy! la furia de Aquiles llenó de miedo a Héctor a quien no le quedó otra que hacer su mejor esfuerzo, todo su pueblo estaba pendiente de sus movimientos. Desde el Olimpo Zeus veía todo cual partido de fútbol … el sabía que la balanza de la muerte se inclinaba hacia Héctor así que le dijo a Apolo que dejara de protegerlo porque su hora había llegado. Aquiles no tardó demasiado en atacar mortalmente a Héctor.

Una vez que Héctor yacía muerto, Aquiles perforó sus pies y ató unas cuerdas entre estos y su carro, y lo arrastró hasta su campamento, ahí lo tuvo por 12 días, y cada mañana hacía lo mismo, lo arrastraba frente a las murallas de Troya para humillarlo más y más.

A los dioses no les gustó nadita este show que armó Aquiles con el cuerpo de Héctor así que determinaron que Hermes le dijera a Priamo que entrara al campamento griego y que le solicitara a Aquiles el cuerpo de su hijo, Hermes le dijo al rey de Troya que él lo protegería de cualquier ataque. Así lo hizo, armado de valor Príamo se internó en la carpa de Aquiles y le rogó que le devolviera el cuerpo de Héctor, éste finalmente cedió y así pudieron darle los funerales propios de un príncipe. Troyanos y griegos hicieron una tregua de nueve días en las que se celebrarían los funerales tanto de Patroclo como de Héctor.



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