sábado, 2 de febrero de 2013

49 - LOS 300 DE LEONIDAS

Allá por la primavera del año 408 a.c. el ambicioso rey Jerjes de Persia lanzó una gran campaña para invadir Grecia, reclutando para ello 2 millones de hombres de todos sus territorios. Jerjes mandó a sus embajadores a decir a los griegos que poseía el ejército más grande e imbatible de todos los tiempos y estaba dispuesto a invadir sus tierras si es que ellos no se anexaban al imperio de los persas y arrodillaban ante el. Los griegos no cedieron ante los requerimientos del rey, esto era declaratoria de guerra, así que mandaron reclutar a todos sus soldados y en una junta los gobernantes griegos decidieron poner al mando de los ejércitos al rey de Esparta ya que los espartanos eran los más calificados en el arte militar. El rey de Esparta era Leónidas. 

Los persas para poder invadir los territorios griegos deberían cruzar por un paso llamado "Las Termópilas". Es ahí donde se posicionaron los griegos para impedir el paso de los persas. La batalla empezó y durante 4 días y 4 noches, griegos y persas se enfrentaron sin que haya un vencedor. Después de la última batalla un canalla traidor llamado Efíaltes reveló a los persas un paso secreto por donde podían acudir y atacar por la retaguardia a los griegos. Leónidas, enterado de la traición, reúne a tdoos los soldados y les narra lo sucedido, y todos los jefes que no eran espartanos manifestaron su desacuerdo a seguir luchando, ya que pensaban que era inútil seguir con el derramamiento de sangre, sabían que era el fin. Leónidas respondió que no era necesario que se quedasen, que si lo deseaban podían regresar a sus ciudades. Pero a los espartanos les estaba prohibido abandonar su puesto de lucha. Es así, que en el campo de batalla, solamente quedaron 300 espartanos y 1100 beocios dispuesto a pelear con 2 millones de persas. 

La noche anterior a la batalla Leónidas reunió a todos sus soldados para cenar juntos y les dijo: "Comed liviano porque esta noche tendremos una cena con Hades" - Y ellos preguntaron: "Leonidas, ¿Tu también estarás con nosotros en esa cena?" - Leonidas dijo "Si, en la otra cabecera, frente a Hades, estaré yo" 

Fue entonces que se inició la lucha. Los persas burlones dijeron a los griegos: "Lanzaremos tantas flechas que vamos a cubrir la luz del sol" - Leonidas respondió asertivo: "Tanto mejor, así combatiremos a la sombra"

Durante horas lucharon valientemente, pero el peso mayor del enemigo iba venciendo poco a poco a los valientes espartanos. Al finalizar el día habían sido reducidos prácticamente todos. Un último grupo de hombres fue cayendo poco a poco, entre ellos se encontraba Leónidas. Los pocos hombres que quedaron, lo rodearon para proteger su cuerpo pero fue inútil. Todos murieron. Combatieron hasta la muerte y los persas tuvieron que pagar un sangriento tributo para forzar el paso. 

Más tarde los espartanos levantaron un monumento a sus hermanos caídos en las Termópilas en cuyo epitafio se leía: "Caminante va a decir a Esparta que sus hijos han muerto sin abandonar su puesto"



48 - ORFEO & EURIDICE

Se dice que Orfeo era hijo del mismísimo Dios Apolo, además de músico tenía otras habilidades, era poeta, filósofo, teólogo y reformador de la moral y costumbres, es decir, paquete completo el muchacho. Prestó gran ayuda en la expedición de los Argonautas en busca del Vellocino de Oro. Pero muy curioso él, luego viajó a Egipto, de ahí trajo la creencia de la transmigración de las almas y la doctrina de la purificación. 

 A Orfeo le agradaba mucho la compañía de las ninfas, se sentía como en casa, pero de todas ellas solo la llamada Eurídice logró conmover su corazón profundamente e iniciaron una historia de amor que debía de ser eterna, lamentablemente esto no fue así y un día Eurídice pisó mal y una víbora la mordió y murió en los brazos de su amadísimo Orfeo. El intenso dolor dio ánimos al héroe y decidió recobrar a su esposa o morir en el intento. Así pues con paso seguro y sin miedo descendió a los infiernos (si, ahí donde nadie quiere ir ni por error y los repartidores de comida no llegan ni aunque la propina sea atractiva) y pulsando la lira con sus maravillosos sones encantó a cuantos moraban en los dominios de Hades, como sería de dulce la música de Orfeo que imagínense todo esto: la rueda de Ixión dejó de girar, Sísifo descansó de la fatiga de su inútil trabajo (¿Se acuerdan? Sísifo es el que subía la piedra una y otar vez) y Tántalo por unos momentos se olvidó de los suplicios de la sed. 

Compadecidos Hades y Persefone del dolor de Orfeo consintieron aceptaron a su esposa Eurídice pero con la condición de no mirar hacia atrás hasta haber alcanzado el mundo de los vivos (esto de no mirar atrás es bien recurrente ¿no?) ... bueno, sigamos, entonces uno detrás del otro ascendieron la cuesta que conducía a la luz. Cuando Orfeo alcanzó la cima era tan feliz por hallarse de regreso que ya no pudo más y deseó contemplar a su amada pero ésta todavía no había alcanzado el umbral de lo invisible y con los brazos tendidos y un angustioso "hasta pronto" se desvaneció para siempre frente a sus ojos. Desonsolado Orfeo por perder una vez más a su amada rehuyó a los humanos y vagó por bosques intentando encontrar alivio en los acordes de su lira, con los que lograba domar a las fieras salvajes. Pero los dioses no podían permitir que un humano conociera los secretos del más allá y anduviera por ahí suelto, así que enviaron a las Ménades, las cuatro locas de pasión por él terminaron despedazándole. De esa forma el "hasta pronto" de Eurídice se transformó en una dulce realidad aunque fuera en el reino de las sombras donde permaneció para siempre con su amado Orfeo.