Si había alguien digno de admiración y de un club de fans de un millón de miembros, ese era Ulises, Odiseo para los amigos, el era el Rey de Itaca, al borde del mar Jónico, casado con Penélope y padre de Telémaco. Mientras que Aquiles era la fuerza, Ulises era la astucia e inteligencia, era un gran estratega, el mejor.
Cuando recibió la noticia que una guerra se desataba a causa del rapto de la bella Helena (a la cual también había pretendido por si no lo recuerdan), mandó un mensajero a informar a Agamenón que el rey de Itaca (osea él, ok?) estaba loco, completamente inhabilitado para participar de una guerra.
Agamenón conocía muy bien a Ulises, sabía demás que era uno de los hombres más astutos e inteligentes de toda Grecia y no se creyó el cuento, entonces, envió nuevamente a un lacayo para que diera fe de su locura.
Cuando el emisario de Agamenón llegó a Itaca, Ulises (que ya estaba sobre aviso) se vistió de campesino y se puso a sembrar la tierra con sal en vez de trigo. Pero el sirviente también era astuto y le habían advertido que si no regresaba con Ulises no la contaba, entonces tomó a Telémaco y lo puso delante de la reja con la que Ulises estaba arando. Ulises no tuvo otra opción que girar y salvar a Telémaco de la muerte, evidenciando así que se encontraba perfectamente lúcido.
Osea ... no le quedó otra que ir.
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